Qué tiene que ver No Más AFP con el hambre

Qué tiene que ver No Más AFP con el hambre

Eso preguntó el intendente Guevara. La máxima autoridad del gobierno regional de la capital de Chile. Su acusación fue que la pandemia -a sus ojos un problema estrictamente sanitario- estaba siendo instrumentalizada por agitadorxs políticos. En lo que sigue, explico qué tiene que ver la demanda por abolir las AFP con el hambre evidenciado por las cuarentenas de la pandemia.

Chile con Pinochet fue un experimento neoliberal y una reforma fundamental de ese experimento fue la privatización de las pensiones. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional por años alabó el “modelo Chileno” de las AFP, ya que éstas pudieron mover las platas de trabajadorxs en proyectos de inversión, primero en Chile y después en otras partes del mundo, de manera rápida y a grandes escalas de ganancia.

En otras palabras el modelo Chileno fue un ejemplo exitoso de la financialización de la economía, proceso que le trajo grandes ventajas a países ricos que ahora vieron en el sur global un nuevo espacio para lucrar. Después de todo, hoy el gran negocio del mercado financiero es que compañías transnacionales compran y venden acciones de empresas a escala global. La onda es tener la información para saber cuándo y qué comprar y vender, y así ganar plata de la forma más rápida posible. No importa qué se vende o qué se compra. Lo importante es que en la movida se haga rendir la plata.

Este sistema antiguamente se llamaba especulación y fue considerado por mucho tiempo un tabú, prohibido, porque se consideraba que la riqueza generada no era legítima, pues no era bien ganada a punta de trabajo. Con la creación del concepto de riesgo, el tabú desapareció, ya que se consideró que quienes tuvieran las cualidades para calcular el riesgo de las compras y ventas financieras demostraban una habilidad matemática que otras personas no tenían. Hoy entonces, el capitalismo como sistema de acumulación de riqueza, es un capitalismo financiero dominado por esas personas (generalmente hombres ricos blancos) con las habilidades necesarias para calcular los riesgos de sus compras y ventas.

Entonces las AFP se convirtieron en el gran motor de la financialización de la economía en Chile que organismos internacionales alabaron porque comprobó ser un sistema que le trajo muchas ventajas a hombres con poder en el mundo. En esto hay un amplio consenso entre las personas de las ciencias sociales que se han dedicado a estudiar esta fase financiera del capitalismo. La financialización de la economía ha aumentado la desigualdad en el mundo al crear incentivos para que las empresas prefieran meterse en la bolsa para conseguir dinero rápido antes que invertir en más y mejores trabajos, mejores sueldos o en proyectos de largo plazo de inversión. La financialización de la economía también ha creado deuda para que las empresas que prestan esa plata saquen ganancia de los intereses y de las compras y ventas de esos intereses en el mercado financiero. Ese es el negocio del retail en Chile, por ejemplo. Falabella gana por las tarjetas de crédito -no por la ropa barata, hecha por personas al otro lado del mundo recibiendo sueldos indignos. Ganancia que es aún más grosera al mantener los sueldos de sus trabajdorxs estancados.

Es por eso que algunas personas hablan de que hoy existe una economía real (esa de la mayoría) y una economía financiera (esa de los pocos que calculan riesgos, crean deudas y son dueños de seguros) que van por caminos totalmente separados. Y aquí es donde está la conexión señor intendente. La pandemia ha puesto de manifiesto la separación de la economía real de la economía financiera. La economía de las personas y la economía de Piñera, Luksic y Matte que no tengo dudas andan moviendo estos días sus platas en las acciones de laboratorios y computadores.

Es esta dislocación entre lo real y financiero que la consigna No Más AFP simboliza. Las AFP cobran comisiones por su trabajo de administrar las platas de trabajadorxs, comisiones que generan grandes utilidades para ellas y que se van en unos sueldazos para esas personas que calculan riesgos y para las empresas transnacionales que son dueñas de las AFP. Calculadores de riesgos que además al ganar experiencia en su trabajo en las AFP, luego se les hace mucho más fácil y lucrativo encontrar trabajos en bancos y organismos financieros. En cambio, las personas que generan la plata real, esa plata necesaria para que las AFP existan, tienen trabajos precarios, sueldos bajos/estancados, se endeudan y reciben pensiones que no cubren ni el mínimo. La crueldad de este modelo en Chile llega al punto de que en un momento de cuarentena pandémica las personas no pueden ni siquiera usar sus pensiones por adelantado para pagarse la vida. Negocio redondo a punta del hambre. Repito para que quede claro: tener pegas precarias, sueldos bajos, endeudarse y tener pensiones indignas es el efecto de la financialización de la economía. No es producto de falta de educación previsional como tanto les gusta decir a economistas de la Concerta. Tampoco es producto de la irracionalidad de personas que andan siguiendo eslóganes de agitadorxs políticos.

La conexión entre No Más AFP y el hambre es desde el dolor y la experiencia directa. Si eso, a estas alturas, no es obvio para hombres con poder en este país, asumo que las movilizaciones que se vienen en los días post-pandémicos van a llegar a un nivel de masificación tal que el peor miedo de la derecha y la Concerta -la abolición de las AFP- pueda convertirse en realidad 🙂

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